En el 2010, Laura Chinchilla se convirtió en la primer mujer elegida como Presidenta de Costa Rica. Al iniciar su mandato, el país apenas salía de la crisis financiera global de los años 2007 a 2009 y experimentaba una preocupante tendencia hacia el crecimiento del crimen y la violencia, y aunque la condición de la mujer era mejor que en el pasado, prevalecían importantes desigualdades. Gracias al apoyo de ciudadanos de múltiples sectores, lideró la ejecución de un plan de gobierno articulado en cuatro ejes: seguridad económica, social, ciudadana y ambiental.
En materia de seguridad económica, se logró revertir los efectos de la crisis global, llevando al país a una tasa de mayor crecimiento promedio histórico, 4.5% entre 2010 y 2014, con los niveles de inflación más bajos de las cuatro décadas anteriores. Trabajó arduamente por estabilizar la situación fiscal del país, e impulsó una renovada agenda de inserción inteligente con el mundo, al firmar el Acuerdo de Asociación de Centroamérica con la Unión Europea y al iniciar el procesos de adhesión de Costa Rica a la OECD y a la Alianza del Pacífico.
Para fortalecer la seguridad social del país, se revirtió la tendencia hacia la quiebra del seguro de salud, pilar fundamental del modelo de acceso universal a la salud del que ha gozado el país. Se elevó el financiamiento a la educación pública a un 7% del PIB, se fortaleció la educación de naturaleza técnica y se alcanzó la paridad en todos los niveles educativos. Además, se creó el programa para la atención integral de la primera infancia en apoyo a las familias y especialmente a las mujeres.